domingo, julio 08, 2012

Ya volvió, Zuñi, y ahora no estás para poder contártelo.

Vuelvo a oír moverse el gusano dentro de mi, vuelvo a sentir como destroza y astilla los efectos de las miradas, los logros, los cariños...
Noto como horada mi alma y me desnaturaliza, mientras fijo mi mirada en la nada y el sonido de la voz se vuelve sordo y sólo el ruido blanco evita que me ponga a llorar. No hay sentidos, no hay momentos, no hay nada más que el eterno sonido de sus mandíbulas de termina aserrando mi alma.
Mi mente se llena de noches, de vasos medio vacíos, de ceniza de tabaco y un esprínt eterno que no consigue alejarme de la nada.
Es muy tarde, me siento viejo, no quiero volver a huir... ya no tengo a donde.
Me robaron hasta el humo de los bares, las sonrisas rotas, las noches de labios emborronados de carmín y rimmel manchando las mejillas de almas locas que me asían lo suficiente como para naufragar en la dulce playa de amanecer en un bar a la hora que el verano se vuelve soportable.
Me robaron el hueco que dejaste en tu taburete, me robaron el Johnny a palo seco que nunca faltó en tu presencia, me robaron tu consejo atento, tu despreocupación y tu oreja dispuesta siempre a intercambiar una historia, un recuerdo, otra copa y nos vamos e incluso la medicación.
Ya no lees mi blog porque casi no escribo... "hay que ponerse amigo Irving, todos los días hay que ponerse". Pues lo siento, porque allá donde estés te toca leerme de nuevo.
IeN