martes, enero 31, 2006

Qué bonita que es la vida... o no.

Definitivamente hoy ha sido un buen día para mí, entendiéndolo a nivel global, claro. Nadie ha bombardeado mi casa, yo y los míos hemos comido más de la ración básica indispensable e incluso hemos podido declinar cierta cantidad de comida, tampoco padecemos enfermedades, gozamos de un trabajo bien remunerado y nuestras jornadas laborales no son abusivas.

De hecho hoy ha sido un buen día para mi a nivel más específico. Me he levantado a las nueve de la mañana, me he duchado, desayunado, he tenido un momento para tomar un café de tres minutos a media mañana y he comido en cuarto de hora escasa a las cuatro de la tarde. He salido de trabajar a las cinco por lo que mi jornada laboral ha sido de siete horas (máximo estipulado para la profesión de mazmorrero).

Y sin embargo, no me siento bien. Un horrible cangrejo de frustración y rabia palpita en mi estómago, la sonrisa me pesa y mis ojos miran tan cansados que no pueden ni llorar. Un rictus de asco embadurna mi cara y noto como todo mi cuerpo está en tensión.

Y me pregunto ¿porqué? si hoy ha sido un buen día para mí. ¿Será porque la OPA de las grandes multinacionales de la energía con sede en España puede ennegrecer el futuro de la política energética de Europa? ¿O por que el Estatut tiene pinta de beneficiar sólo a una oligarquía aburguesada de cataluña y cerrar muchas puertas a el ciudadano de a pie al que le están vendiendo una historia de conquista y sometimiento?

No, no creo, creo que será porque hoy me han comunicado que un alumno en el que hemos invertido tres años de cariño y trabajo, y que vimos como se escapaba de entre nuestros dedos por culpa del reclutamiento de un grupo neonazi, está en la carcel por apuñalar a otro joven. O a lo mejor es porque una magnífica persona de 14 años, con una mente brillante, va a perder su escolaridad porque en la ruleta genética le tocó no tener control sobre sus impulsos agresivos y tenemos miedo de que hiera a otro de nuestros reclusos. O quizás sea porque hoy me he enterado, también, de que otra reclusa con una discapacidad cognitiva ligera con la que hemos trabajado, también hasta la artura, es posible que esté siendo forzada sexualmente por un compañero tras haberla estado amenazando durante más de un mes.

Definitivamente hoy ha sido un buen día para mi... pero no lo ha sido para demasiada gente.

A veces pienso que las llaves de las mazmorras deberían estar por dentro... para protegerlos a ellos de nosotros.

Un beso para todos, voy a tomarme un café y decidir si me pongo a estudiar en mi calabozo o directamente me abandono a la desidia. Os quiero, a todos.